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Esta espectacular propiedad se encuentra en 37 hectáreas con la vista más sorprendente de toda la bahía de Tambor (180 grados), situada en la península de Nicoya, una de las zonas azules del mundo, aislada pero cerca de todo. Pista de aterrizaje a 3 km de distancia, cerca de la carretera principal, el océano está cerca y tiene sus propios pozos de agua.

Caracterizada por mucha privacidad ya que las casas más cercanas están a un kilómetro de distancia y debido a los muchos árboles que la rodean, la casa está en la colina. Entonces eso es seguridad por sí mismo. Con arroyos estacionales en la granja alineados, hermosos árboles viejos verdes durante todo el año. La carretera principal está bien iluminada y la casa tiene luces de seguridad alrededor, incluso alrededor de la piscina.

Las guacamayas vienen a tomar un desayuno de arbustos debido a los muchos árboles en la granja con flores. Una hermosa vista al mar, ríos que fluyen y arroyos que se unen, ondulantes colinas, valles, hermosos amaneceres y magníficas puestas de sol. Pájaros cantando y monos aullando, ardillas abigarradas saltando de árbol en árbol.

Diseñada pensando en estar en contacto con la naturaleza, la casa encaja perfectamente en la naturaleza con la premisa de no estropearla. El techo es verde casi del mismo tono que las hojas y las paredes son bloques grises que simulan piedras y bordean con pequeñas piedras redondas de río. Además, la colina sobre la que está construida la casa es de roca, por lo que la base es bastante sólida.

Entre sus mejores características se encuentra la sala de estar con paredes de vidrio en el piso de arriba y el área del bar. Las tres paredes son de cristal. Desde esta sala, se está en contacto con la naturaleza que lo rodea y puede observar casi toda la granja, las colinas y el mar. Es hermoso.

Paraíso absoluto, mágico ... ¡ese es este hogar!